La Verdad sobre la Nutrición Humana y la Conquista de la Glotonería.

by David Gil

No publicado hasta ahora, este revelador artículo del profesor Ehret proporciona una guía precisa y concisa para una más completa comprensión de su teoría en la batalla contra lo que él llama “La tragedia de la nutrición”.

[dropcap]M[/dropcap]ientras dirigía cientos de curas de ayuno, miles de personas cambiaron bajo mi dirección más o menos a una dieta de fruta. El cambio súbito a una dieta de fruta causa trastornos incluso en una persona completamente sana lo cual hasta ahora era totalmente mal comprendido, y que se torna arriesgado e incluso peligroso, si se dirige incorrectamente o si no se dirige.
Para evitar y aliviar cualquier trastorno de la salud, para sustituir los gozos de los antiguos bocados exquisitos por otros nuevos y mejores, he establecido la así llamada dieta pobre en moco y amucosa, durante el período de transición a una absoluta dieta de frutas. Sobre esto os instruiré más tarde. Si un comedor de carne o un vegetariano pasa súbitamente a una estricta dieta de frutas, aparecerán los mismos trastornos que en un ayunador, solo que con efectos más ligeros. Como norma, se siente mejor, más vigoroso, hasta pocos días más tarde; después comienzan debilidad, gran fatiga, posible jaqueca o palpitaciones cardíacas. Al mismo tiempo tiene lugar una violenta secreción de moco por la orina compuesta de fosfatos, grasa, ácido úrico y fármacos que ha tomado o usado.

La ignorancia sobre la dieta de frutas.

La fruta, siendo como es el único alimento natural, empieza a desprender, a disolver y a llevarse lejos a través del torrente sanguíneo la inmundicia confinada y la podredumbre resultantes de la sobrealimentación y de los alimentos equivocados e inservibles, que no han sido completamente eliminados.

Cualquiera que empiece a comer fruta inicia al mismo tiempo una operación de sanación constitucional, exactamente igual que en el ayuno, baja el balance del cambio de materia, no porque el alimento natural sea el más pobre en albúmina, sino porque ahora las sustancias del verdadero alimento viviente empujan lejos a las muertas y descompuestas, alojadas en todos los tejidos de su cuerpo.

Se eliminan así las condiciones para que se produzcan todas las formas de enfermedades locales y constitucionales. Su impureza interna, la inmundicia de la glotonería, que es la causa principal de todas las enfermedades, empieza a movilizarse. La dieta paradisíaca quiere llevarlo de vuelta a la mayor de las purezas celestiales donde la enfermedad y el padecimiento son desconocidos.

La máquina humana posee el maravilloso poder de ser capaz de limpiarse sin parar a sí misma en cuanto se le da la oportunidad, lo cual significa ayunar o comer alimento pobre en albúmina. Toda enfermedad es necesidad que el cuerpo tiene de este proceso de limpieza por lo que la naturaleza da la señal mediante una falta de apetito.

La correcta comprensión del proceso de comenzar una dieta de frutas permanece oculta al mundo oficial de la ciencia, al igual que lo hace la naturaleza de toda enfermedad.

La ciencia explica el deseo del apetito como un trastorno del cambio de materia, causado por no comer suficiente, y la  secreción como síntomas patológicos.

La eliminación del veneno a través de la circulación sanguínea causa un mayor o menor trastorno de la salud y produce un ardiente deseo por los bocados preferidos de la errónea dieta anterior. Los amigos del entorno del que empieza a comer frutas se sorprenden y quedan perplejos, porque adelgaza, y ellos le obligan a que interrumpa su purificación interna y vuelva a comer alimentos ricos. El más convencido de esto se convierte en un infiel, y oscila de un lado a otro, y se siente tentado a renunciar por completo a esta dieta de mala reputación.

La dieta de transición.

Yo divido a todos los alimentos en dos clases:
1. Alimentos formadores de moco.
2. Alimentos no formadores de moco.

Los del primer tipo son: carne, huevos, grasas, leche y todos los productos derivados, alubias, guisantes y lentejas; además de todos los alimentos almidonados o feculentos.

Los del segundo tipo son: todos los vegetales verdes y todos los tipos de fruta. Hay verduras y frutas que contienen más o menos almidón o fécula. Cuanto menos almidón o fécula contengan más adecuados son como alimento, porque el almidón no es más que azúcar de uva sin transformar.

Es mejor empezar la dieta de transición en general con una combinación pobre en moco, lo cual significa el máximo posible de alimentos no formadores de moco o amucosos y el mínimo posible de alimentos formadores de moco. El siguiente paso es la dieta amucosa, lo cual significa una combinación de frutas y verduras sin almidón o fécula.

Yo llamo una dieta pobre en moco a la eliminación parcial y a la disminución cuantitativa de los alimentos formadores de moco. Los productos farináceos almidonados se hacen más pobres en moco tostándolos o asándolos. La dieta amucosa es la combinación de verduras no feculosas, tanto como sea posible, y de frutas.

Con la ayuda de esta dieta de transición y algún conocimiento por parte del individuo de cómo escoger correctamente y combinar, una persona relativamente sana puede fácilmente llegar a una estricta dieta de frutas gradualmente.

Sin dar traspiés y sin volver a perder la confianza, se le revela la mayor y más importante verdad de la vida, el conocimiento de la más pura, mejor y más perfecta, y al mismo tiempo más barata forma de nutrición. La mórbida glotonería desaparece por sí sola, porque ahora se alimenta verdadera y correctamente y no se llena para satisfacer su dilatado estómago y estimularlo con sustancias que, indudablemente, le llevarán a la enfermedad y finalmente a la muerte.

La conquista de la glotonería.

La causa de la glotonería no debe buscarse en la imbecilidad mental, o en una pasión por satisfacer un apetito pervertido. Es una manía neurasténica, un estado patológico de un sistema nervioso excitado, cargado e intoxicado, especialmente el de los órganos de digestión, para quienes la aparente y temporal satisfacción, y la cantidad de productos alimenticios siempre en aumento, parece ser necesaria. El glotón debe, para encontrar satisfacción, aumentar continuamente las cantidades así como el picante de sus “comidas,” al igual que un borracho incrementará la cantidad de bebidas fuertes. El glotón a veces morirá de hambre debido a la excesiva ingestión de alimentos; o, lo que sucede más a menudo, algunos de sus órganos y en última instancia todo el sistema se negarán a funcionar. La experiencia nos enseña que un corte voluntario del suministro de alimento, o ayuno temporal, es una dificultad molesta para el glotón, así como para el hombre medio de hoy en día. Toda su mente está poseída por la locura de la glotonería y el mal de la tentación le tiende emboscadas por todas partes. El mero pensamiento de auto-negarse la alimentación le llena de horror y no puede soportar la idea de restringir el más convencional y placentero pasatiempo de su miserable existencia. Si usted quita estos falsos placeres, que le parecen indispensables al hombre moderno, es imperativo sustituirlos por doquier por aquellos que son naturales, sanos y superiores. La humanidad tiene derecho al placer. Una vez me encontré a un inglés volviendo a su país desde la India quien me dijo: “No sabemos lo que es vivir hasta que no hemos probado una piña fresca madurada en la cepa.” Yo, y también los miles de mis seguidores estamos diciendo lo mismo: “Usted debe saborear una comida de pura fruta después de un ayuno si quiere hacerse una remota idea de lo que es el goce paradisíaco.” La conquista de la gula triunfará sobre todo cuando nos veamos obligados a ella por las circunstancias.

Pero, por otra parte, estoy tratando de mostraros una mejor manera que aceptaréis de buena gana después de haber visto la verdad que estoy tratando de presentaros.

Como mejor puede conquistarse la glotonería es sustituyéndola por un contra-placer que obtenemos a través de la nueva dieta. Nuestro gusto va a cambiar y los vehementes anhelos por las cosas que tanto le gustaban a nuestra lengua desaparecerán. Una vez establecido el cambio a una dieta de fruta se obtiene más placer que nunca a la hora de la comida. Usted alcanzará un grado de existencia más elevado porque ha pasado el ángel con la flamígera espada que guarda la puerta al paraíso.

Para terminar, quiero darle una sencilla crítica del valor de los alimentos, y ello sin la ayuda de complicadas escalas científicas.

Una severa crítica del valor de los alimentos.

La carne no posee en absoluto nutrientes para el hombre. La así llamada fuerza que experimentamos después de comer no es otra cosa que estimulación. Incluso los animales carnívoros morirán si se les alimenta solamente con carne cocida sin sangre ni huesos. Lo mismo sucede con una alimentación exclusiva a base de huevos, mantequilla o pan blanco. Incluso las ratas morirán si no les dais más que harina blanca de trigo. Estos experimentos se han realizado. Nadie puede vivir exclusivamente de alguno de estos así llamados buenos alimentos. Por otra parte, yo me comprometería a mí mismo a no vivir más que de una clase de fruta por cualquier espacio de tiempo, y a realizar además un duro trabajo.

Los huevos y las grasas causan las peores impurezas de nuestro sistema. He descubierto esto en mi sanatorio con los ayunadores que vivían antes principalmente de esos alimentos. Tenía un millonario gran comedor de grasa que durante su ayuno transpiraba una sustancia tan grasa y pesada como mantequilla derretida. La leche hervida y concentrada es peor todavía. Es una formadora de moco de primera clase. Los bebés pueden crecer con ella en cierta medida, pero qué bien demostrada queda su maldad por la gran mortalidad infantil. Todos los alimentos almidonados son un camino inadecuado para la obtención del azúcar de uva, que es el único que puede ser utilizado en la formación de la sangre. De un solo higo obtendrá usted más valor nutritivo que de una libra de pan, arroz o patatas. La leche y los alimentos almidonados son los escollos para el glotón vegetariano. Las judías, los guisantes y las lentejas causan tanta gota y reumatismo como la carne, debido a su alto porcentaje en albúmina. Menos dañinas y más nutritivas son todas las verduras, porque contienen valiosas sales minerales. Yo las utilizo como peldaño hacia lo más alto, que es la dieta de frutas.

Frutas.

La idoneidad de las frutas para la nutrición humana está demostrada concluyentemente por el hecho de que su combinación química es casi la misma que la de la leche materna. Pero sobre todo, por su poca albúmina. Si la leche materna es suficiente para asegurarles un sano crecimiento a los bebés, ¿por qué no iban a ser las frutas un alimento ideal para el hombre adulto? La prueba más decisiva para la leche materna es su dulzura. El elemento nutritivo más importante no es la albúmina, sino el carbono orgánico, el así llamado “azúcar de uva.” Tiene el porcentaje más alto en las frutas junto con el agua. Cada fruta contiene en una combinación ideal todos los elementos que el cuerpo humano necesita. ¿Creéis por un momento que los hombres pueden crear mediante la química y el uso del fuego algo superior a lo que el Creador nos ha dado desde el principio de los tiempos? Anatómica y fisiológicamente el hombre está en estrecha relación con los monos; esto incluso los científicos lo admiten. ¿Por qué habrían pues de clasificarnos con los cerdos cuando escriben un libro de dietas? La prueba más aplastante de que las frutas son el alimento ideal para el hombre nos la proporciona el éxito de la dieta exclusiva de una sola fruta para la cura de las enfermedades crónicas. Yo he curado casos difíciles de enfermedades crónicas con dieta de fruta después de que todo hubiese fallado. Me he curado a mí mismo de la enfermedad de la albuminuria mediante el ayuno y una dieta estricta, y he alcanzado un grado de salud desconocido para mí antes. He supervisado cientos de tales casos con excelentes resultados. Si las frutas tienen un poder curativo y nos regeneran, debe seguirse que son el mejor alimento para mantenernos en una salud ideal. La vida moderna es la tragedia de la nutrición. La maldición de la civilización es la febril lucha por la posesión del dinero, para que podamos así gozar del privilegio de sentarnos alrededor de una mesa bien surtida tres veces al día; mientras no nos percatamos de que haciendo esto socavamos nuestra salud y caminamos hacia una muerte prematura.

Espero que os llevéis con vosotros la convicción de que habéis visto la cuestión de la nutrición bajo una nueva luz de la verdad. Si llegáis a la decisión de pasar una nueva página en vuestros hábitos de comer, saldréis ganando en proporción a la adhesión a estos nuevos principios. Por otra parte, serviréis a vuestro país de esta mejor manera que de ninguna otra. Y siguiendo el camino que os he esbozado, os daréis a vosotros mismos el mejor trato, porque es un camino ancho y fácil hacia la independencia económica así como hacia la salud ideal. Por otra parte, ustedes, que viven en el país frutal más favorecido del mundo, deberían volverse los pioneros de este movimiento para ayudar a la sufriente humanidad a conquistar la glotonería mediante una adhesión más cercana a la dieta ideal.


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1 comment

Gastón 15 agosto, 2020 - 3:51 am

¡Impresionante!, estamos en el mismo paraíso y no lo sabemos ver.

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