SCDA y Veganismo por Irene Bueno

by David Gil

Extraído del Libro “Destrozando tu Salud a través de la Vida Sana” de Irene Bueno.

El lado oscuro del Veganismo bienestarista

Si trazáramos una línea que separase el alimento de origen animal del alimento de origen vegetal para decidir cuál es ético o sostenible, nos llevaríamos grandes sorpresas. El Veganismo que el 99% de los Veganos practican, como propuesta Ética dista mucho de ser ningún modelo. Está claro que hay muchas formas de ser Vegetariano y de ser Vegano, pero resulta que ninguna de ellas es la Dieta ideal para el ser humano, y por supuesto ninguna de ellas funciona como Dieta de transición para llegar a la Dieta ideal, que es la única 100% ética, Saludable y sostenible. Entonces ¿cómo puede plantearse el Veganismo como la propuesta más ética del panorama dietético cuando ni es la Dieta ideal ni tiene como objetivo llegar a la Dieta ideal?

En mi época de reconocerme como Vegana, tuve muchos conflictos con los propios Veganos porque precisamente me rechinaba constantemente la cantidad de incongruencias y contradicciones que implicaba el Veganismo.

Y cuanto más crecía el sentimiento “Vegano” en mí, más me daba cuenta que la única alimentación y forma de vida 100% cruelty free, 100% vegan, 100% healthy, 100% sostenible, 100% clean es la Frugívora, pero en un cuerpo limpio. Cualquier otra opción es insuficiente como Objetivo, absurda como propuesta de transición en un planeta con 7.500 millones de habitantes y a menudo duramente castigada, a nuestra Salud, por la Naturaleza.

El problema es que por un lado el Veganismo pretende separar la Ética de la Salud y de la Ecología / Sostenibilidad. Y por otro lado, pretenden afirmar que simplemente el hecho de escoger productos que no impliquen directamente sufrimiento animal ya es suficiente para nuestra Salud, para la lucha contra el especismo y para mejorar la Ecología, la Contaminación del planeta etc. Podrás encontrar cientos de documentales en Internet argumentando estas Teorías.

Pero ¿Realmente existen productos que no impliquen sufrimiento animal? Lamentablemente no.

La Dieta Vegetal estricta está basada como hemos visto en sobrealimentación, exceso de comidas, Almidones y Proteínas Vegetales, Incompatibilidades, Productos de imitación Industriales, y un largo etcétera de bienes de consumo aparentemente compatibles con la filosofía Vegana. Esta filosofía de vida, requiere de unas cantidades ingentes de estiércol animal de ganadería intensiva para poder producir suficientes legumbres, cereales, verduras, hortalizas, productos industriales derivados, café, té, algodón, tabaco… todos estos productos para sostener el estilo de vida Vegano requieren de grandes extensiones de cultivo que son robadas cada año a nuestros bosques (proveedores de Oxígeno), dejando a miles de animales sin hogar y sin alimento, cuando no son exterminados o quemados vivos, y robando recursos limitados al planeta como agua o combustibles fósiles, para su producción.

Y a mayor número de Veganos, mayor consumo de Proteína y Almidón Vegetal, una industria pro-defensa-animal que se alimenta de la industria pro-masacre-animal.

¿Te imaginas que los 7.500 millones de habitantes sobre la tierra se hicieran Veganos? Necesitaríamos muchos, muchos animales, para producir alimento Vegano para tantos habitantes. Obvio que el Omnivorismo también necesita de la agricultura para alimentar (con cereales y legumbres) a los animales que la gente se come. Pero que el Veganismo sea una propuesta más moderada con el uso de animales como recursos, no lo convierte en una propuesta libre del uso de animales como recursos. Por eso el Veganismo nunca va a solucionar el maltrato animal, por la sencilla razón de que el auténtico Veganismo debería comenzar en la restricción dietética. Es decir: comer menos, mucho antes que preocuparse por trazar líneas entre los alimentos que son Veganos y los que no, pues probablemente sea bastante más “Vegano” comerse una mayonesa de huevo en un régimen de 2 comidas al día, que 5 raciones de cereal/legumbre al día. El auténtico Veganismo debería preocuparse por llegar a una Dieta que no requiera de estiércol animal, que sea autosustentable y que sea la más Saludable para evitar, entre otras cosas, la producción de medicamentos testados en animales. Pero es que además la Naturaleza ya se ha pronunciado al respecto y en sus Leyes está la respuesta: No somos Veganos, somos Frugívoros. Y no estoy hablando exclusivamente de Dieta. Sino precisamente de Ética y de la forma de vida que implica el Frugivorismo.

Por eso digo a menudo, con profunda tristeza, que el Veganismo no existe. Ni como objetivo ni como camino. Ningún Veganismo que no pretenda la erradicación de la Agricultura logrará nunca nada significativo por los animales. Con el Ecologismo ocurre exactamente lo mismo. Y si hablamos de erradicar la Agricultura hay que hablar de la Dieta que te permita comer menos y llegar al Frugivorismo, o quedarte cerca. Hay que hablar de comer menos, hay que hablar de Ayunar, hay que hablar de Permacultura, hay que hablar de Transición, hay que hablar de trabajar en el campo para cultivar tus propios alimentos, hay que hablar de no consumir y por supuesto, hay que hablar de no tener hijos. Cuando veo que en el mundo del “Postureo Vegano” hay muy pocas personas, por no decir ninguna, dispuestas a tocar cualquiera de esos temas, me siento profundamente decepcionada por este movimiento, sus defensores, sus portavoces, sus practicantes y por la especie humana Alternativa en general.

Me arranqué la etiqueta de Vegana hace mucho porque me sentí profundamente defraudada con un movimiento que se daba muchos golpes en el pecho de la moral mientras se quedaba a medias en todo. Y cuanto más radicales eran los Veganos, cuanto más intolerantes y cuanta más necesidad tenían de decirle al mundo lo Veganos que eran, más incongruentes se volvían. Me refiero a Veganos fumando tabaco, fumando porros, bebiendo alcohol, comiendo a todas horas, comprando en el supermercado, consumiendo plástico, suplementándose, medicándose, llevando vidas alejadas de la Naturaleza. Haciendo lo mismo que todo el mundo, dentro del mismo Sistema: Consumir, Consumir y Consumir. Aunque sean productos industriales Veganos.

El Veganismo es una reacción lógica de sensibilidad ante la masacre que la Dieta humana omnívora supone para el resto de seres vivos con los que compartimos el planeta. La motivación que empuja a cualquier individuo a introducirse al Veganismo es, en principio, muy bonita y humana. Estoy convencida que es un movimiento que no para de ganar adeptos y que crece dentro de una sociedad enferma como respuesta a que algo, por fin, tocó nuestra fibra sensible: el amor por los seres de otras especies. Pero ¿y el amor por los seres de nuestra propia especie? Lamentablemente ahí, tenemos suspenso colectivo ¿Quién no quiere salvar gatitos y perritos? ¿Quién no sufre al ver el maltrato a cerdos, pollos y vacas indefensos en las granjas? ¿Quién no deja de consumir huevos después de ver Earthlings?

Pero la pregunta es, ¿Porqué sucede la masacre animal? ¿Sólo por la Dieta de origen animal, la experimentación, los espectáculos y la industria textil? ¿Es el Veganismo la solución? ¿Adoptar un estilo de vida Vegano es suficiente? ¿Podemos separar el Veganismo de la Ecología y de la Salud Humana? Y la más importante, ¿es el Veganismo actual una propuesta bienestarista?

Mi abuelo nunca tuvo animales domesticados, estaba en contra, quería verlos a todos en libertad. Era un gran amante de la Naturaleza, por eso la respetaba profundamente, estaba en contra de las corridas de toros, en contra del tabaquismo, del alcoholismo y en contra de todo lo que atentaba contra la Salud humana y la vida en el planeta. Era un «anti-aberraciones» de la civilización, y sin necesidad de colgarse ningún cartel o etiqueta seguramente su huella ecológica, a pesar de comer huevos y queso ocasionalmente, fue mucho menos dañina que la de muchos Veganos. El Veganismo debería empezar en uno mismo, no en una propaganda. He sido Vegetariana y Vegana muchos años sin necesidad de contárselo a nadie, sin intentar convencer al de enfrente. Y he convencido a muchas más personas con mi ejemplo que llamándoles asesinos o intentando hacerles sentir mal.

Es curioso porque cuando remas en el mismo barco de los que se preocupan por el maltrato animal, si propones algo más evolucionado para la lucha, te encuentras más resistencia que fuera de ese barco. Puedo plantear una alimentación sin animales a un Omnívoro, pero muchas de mis propuestas a los Veganos fueron duramente criticadas, sin argumento ninguno. Por eso preferí no ser identificada con un movimiento cuyo peor defecto no es que parezca una secta, sino que parezca una secta hipócrita, conformista e insalubre. Lo último ha sido descubrir que hay un movimiento llamado «Gordi Veganos» que promueve una Dieta en la que coger peso no importa mientras sea a base de atracones de productos de origen vegetal. Eso sólo tiene una definición: Vergonzoso.

Me consta que no todos los Veganos son así, pero que se confunda a la gente que quiere un mundo mejor y más sano, tanto a nivel individual como colectivo, es muy injusto.

El Veganismo actual está vendido al mercado, a las nuevas marcas de productos «Veggie» que por supuesto también forman parte de la industria alimentaria. Eso sin hablar del propagandismo Internauta, de los recetistas, los blogguers, los youtubers… etc. Individuos que se preocupan por «los animales del activismo»: gallinas, vacas, cerdos, patos, gatos, perros, conejos y poco más.

¿Y los orangutanes de borneo? Masacrados para conseguir Aceite Vegetal de Palma para hacer patés Veganos. ¿Y los animales en extinción? ¿Y todos aquellos que se han quedado sin hábitat y sin comida, muriendo de hambre, quemados vivos, por la deforestación que supone la agricultura para que 7.500 millones de personas coman, no sólo carne, sino también toneladas de trigo, arroz, maíz, soja?

El Veganismo no existe, son los árboles

La filosofía Vegana tal y como se plantea en la actualidad no funcionaría nunca como propuesta dietética ya que ha olvidado un elemento muy importante para los seres humanos y para el planeta: los árboles. Sin los árboles no hay oxígeno, no hay hogar para los animales, no hay alimento para millones de especies (incluida la humana). Y lamentablemente, si en lugar de 4 Veganos, los 7.500 millones de habitantes de la tierra se hicieran Veganos, se iban a tener que quemar y talar muchos árboles para plantar mucho cereal y legumbre. Si los 7.500 millones de habitantes del planeta se plantearan ser Veganos, no salvaríamos ni al planeta ni a los animales. Conozco muchos Veganos que ante la sensatez de estos planteamientos llegan a la conclusión de que la única Dieta realmente Vegana es el Frugivorismo. Benditos sean, porque casualmente muchos de ellos cuando constatan que no pueden mantener el Frugivorismo sin antes realizar una adecuada limpieza del cuerpo, en lugar de regresar al Veganismo mediocre bienestarista conformista y propagandista, buscan cómo hacer para poder llegar a comer frutas, o al menos para poder llegar a comer poco.

¿Cuál es el Objetivo del Veganismo? ¿Comer así para siempre y ya está? ¿Y dejarle el planeta tal cual está -o peor- a nuestros hijos? ¿Y seguir trayendo hijos intoxicados y adictos a la comida a este planeta?

Cuando te das cuenta de las consecuencias de la Dieta omnívora de los humanos se te quitan las ganas de vivir, y sin entrar en Modo Drama incluso tienes pensamientos de extinción de tu propia especie. Sé que muchos Veganos cuando abren los ojos al sufrimiento animal tienen el mismo sentimiento. Es lógico, el amor a la tierra, a nuestra madre Naturaleza está dentro de cada uno de nosotros y viendo lo que le estamos haciendo por culpa de nuestros hábitos adquiridos en la Civilización, dan ganas de desaparecer. Lo mismo me ocurrió al abrir los ojos al Veganismo y darme cuenta que no era factible. Otro fraude, junto con el de la Vida Sana.

Muchos Veganos justifican el quedarse en un Veganismo «bienestarista» afirmando que hacen «lo que pueden», que es “lo máximo” que se puede hacer y argumentando que cada individuo está en un nivel de conciencia en el que cada uno necesita su tiempo para ir evolucionando y avanzando. Por esa regla de tres deberíamos sacar a todos los presos de la cárcel, pues probablemente cometieron sus asesinatos porque estaban, en otros niveles de conciencia. La diferencia es que los presos no van dando lecciones de ética -ni de dietética- a los demás.

Ningún animal de ninguna especie en la Naturaleza se identifica a sí mismo como «Vegano» y sin embargo todos ellos, incluso los Carnívoros son mucho más Veganos que la Comunidad Vegana con sus «buenas acciones» y sus “buenas intenciones” porque los animales están en armonía y en sintonía con el equilibrio del planeta. Porque cumplen las Leyes de la Naturaleza.

Me imagino que, si los animales se comunicasen con nosotros (tal vez ya lo hagan pero nuestra toxemia nos impide percibirlo e interpretarlo), tendrían mucho que responder a nuestros eslóganes anti-especistas, quizá portando pancartas con textos como: “No nos queráis tanto, comed menos, ayunad más. Y dejad de procrear!”

Veganismo 7.0

¿Quieren Activismo Radical? coman poco, no tengan hijos, ayunen más, prediquen menos con las palabras y más con el ejemplo. Planten árboles. Vayan a por todas, no se queden a medias. Pero no cojan atajos inútiles, atajos malditos, ni se pongan a dar lecciones bajo etiquetas fraudulentas que no llevan a ninguna parte, ni cumplen ninguna absurda promesa.

Entonces dejarán ustedes de sentir la necesidad de hacerse fotos para contarle a todo el mundo lo guapos que son, el bien que hacen y lo sanos que están, porque estarán ocupados haciendo y no diciendo. Y eso es lo que distingue los grandes valores de las modas pasajeras. Las grandes Verdades de la Naturaleza, de las Mentiras Absolutas del ser inhumano intoxicado civilizado.

Conozco una forma mucho más eficaz para que la gente se de cuenta que los animales no deberían estar en el plato, se llama Remover la Obstrucción de la sangre para que una sangre más limpia circule por el cerebro. Lo bueno es que esto no sólo beneficiaría a los Omnívoros, también a los propios Veganos, que empezarían a ver la cantidad de cosas que pueden hacer, además de lo que ya hacen. Adoptar una filosofía más radical y más ambiciosa que el Veganismo para con el sufrimiento animal no es un castigo ni un sacrificio, sino un camino hacia la verdadera ética y la verdadera libertad de las especies, humana incluida. Decir “Yo soy Vegano” es una falacia. Pues los objetivos perseguidos en la misma definición de Veganismo no se cumplen por adoptar la filosofía Vegana. Por eso, podemos empeñarnos en ponernos chapas, camisetas, etiquetas pero nunca seremos Veganos si no llegamos a estar en equilibrio con la cadena trófica establecida por la Naturaleza. Y ese objetivo es mucho más importante para los animales que el Veganismo que proponen los seres Humanos Civilizados hoy en día. Un Veganismo dentro de la Civilización. Es verdad que nunca fui Vegana en realidad. Y tú tampoco.

Después de la era industrial tuvimos los grandes procesos y los boicots.
¿Los procesos?
Todos los que fabricaban productos nocivos para la Salud de humanos, animales y plantas, fueron declarados culpables de crímenes contra el planeta.
¿Como quiénes?
La industria agroalimentaria y la química, los fabricantes de armas, tabaco y alcohol, las industrias farmacéuticas y nucleares, los fabricantes de automóviles, muchos médicos y los políticos que se habían enriquecido permitiéndolo todo.
Mucha gente ¿no?
Hubo una guerra civil, y después vino el boicot.
¿El boicot?
Todo lo que era malo para la vida, se dejaba de comprar o se tiraba, era EL ARMA ABSOLUTA, sin compras no había poder, las autoridades no podían hacer nada contra eso…
¿Cómo se llamó esa época?
El caos pre-renacimiento
¿Después de eso hubo un renacimiento?
Ya lo creo…
La Belle Verte – El Planeta Libre

Extraído del Libro “Destrozando tu Salud a través de la Vida Sana” de Irene Bueno.

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